Durante seis largos meses estuve sin poder ver a mis gatitos. Por razones de necesidad económica, tuve que trasladarme unos 450 Km para trabajar de manera temporal. Los extrañaba mucho y ansiaba volver a reunirme con ellos. El tiempo paso y el día tan soñado del reencuentro llegó.
Entro a la casa, abro la puerta lentamente y veo a Tomás recostado en una silla, me acerco despacio y lo llamo "hola mi tomasin" abre los ojos sobresaltado, me mira asustado, se levanta rápidamente y se esconde debajo de la cama. Veo llegar a mi otro gatuno, mi Negro guapo, él se quedó mirándome, no se asustó, entonces me arrime y lo acaricie, aunque respondía a mis caricias, yo vi que era para él una perfecta desconocida...
Que fue lo que sucedió?
En aquel momento pensé tristemente que mis bebes se habían olvidado de mi. Al pasar un par de horas, mis dos gatunos volvieron a comportarse conmigo de la misma manera, como siempre fueron.
Desde la perspectiva gatuna yo volví a la casa cargada de "otros olores" y al carecer yo de las marcas que los gatunos acostumbran a depositar de manera frecuente sobre todo lo que les rodea, era muy lógico que ellos no me reconocieran, yo ya no "olía como antes".
Espero que mi experiencia te sea útil, yo pase un momento muy triste, me llevo un tiempo comprender lo que estaba sucediendo. Estos seres son un regalo de Dios y jamas serían tan malos de olvidarse de querer...